domingo, 22 de febrero de 2009

finecito

S
Si te acuerdas de mí

ni me menciones,

porque vas a sentir

amor del bueno....


J.A.J.

YA,

Ya subí, pero también iba a subir mi mamá.
FUmé muy poco.
Pero qué rico!
















































































Bueno...sólo le dí 3 fumaditas...porque mi
mamá iba hacia arriba.

Mi mamá no sabe de mi devoción por la yerba
del Rey.

No quiero que se entere. Aunque siempre he
dicho que no tiene nada de malo

y que cualquier día podría ser bueno de que
se enterara.

=)

Así sola siempre me entran unas ganas tremendas de fumar marihuana. De no dejar la cerveza que se enfríe. Tenía muchas semanas que no pisteaba tres días seguidos. Viernes, Sábado y Domingo. Ahora volvemos a los viejos tiempos. No sé si son más felices o más ingratos. Pero como dice Gelsomina: está bien aquí.
Subiré las escaleras de caracol, me levantaré la falda para no pisarla, me acomodaré en la banca que nos robamos de la plazuela y luego encenderé la yerna. Ahorita regreso.

Mi mamá me da miedo


En la mañana descubrí que le tengo miedo a mi mamá.


Los domingos antes eran mis días favoritos.


Fuera de que me levantaba tarde y de que no hay escuela ni trabajo. Los domingos en mi familia eran muy encantadores.




Todos hacíamos algo diferente y cada domingo parecía lo mismo. Lo anhelado y lo familiar. Yo regaba mis plantas, mi mamá decidía cortarse las uñas, limpiar sus zapatlillas, leer su Selecciones Readers Digest, Edgar lavaba su coche...Cani andaba en bici a lado de Curi...y mi papá me ayudaba a plantar las semillas...a regar, a cultuvar chayotes, a recorrer los viveros para traer nuevas flores a la casa.




Mi papá se divertía después, viendo los videos de Banda Max. Decía que él tenía más talento y estaba igual de gordo que los que salían en los videos.




Y comíamos en su cuarto, encima de la cama, manchábamos las sábanas de la chimichurri de la pizza...(casi siempre mi papá proponía de comer pizza) y pisábamos los zapatos de los talones...fodongos todos...en pijama casi todo el domingo, nos bañábamos tarde y nos acostábamos temprano.




Ahora no, los domingos son feos, mi mamá se despierta enojada y simpre grita. Pero hoy me dio más miedo que nunca...le dio un golpe tremendo a Curi, sólo porque no podía escribir Luis Angel en manuscrita: Que escribas bien te estoy diciendo chingao!! Y Curi a llorar...Aventó por allá la libreta, y el lapiz. La goma penetró entre mi falda. Se subió e iba gritando por las escaleras: ya no quiero ir a la escuela, ya no quiero escribir en manuscrita, se ve bien fea y ni se entiende (no se entiende porque no escribes bien, decía mi mamá) yo nada más se leer, nada más me gusta leer no escribir. Pues no te voy a dejar ir a las maquis, para que se te quite lo huevudo. Pos no me dejes.




Y se dió un cerrón la puerta de su habitación...y lloró como veinte minutos sin parar. Vas a ver con ... con mi papá...al cabo que sí me oye.... vas a ver.... Llore que llore.




Y yo me quedé pasmada...y con un miedo a la mirada de mi mamá. Que no me vea, pensaba una y otra vez. Tenía hasta unas ganas de halarle los cabellos o las cejas no sé, algo que le doliera como a Curi le había dolido el golpe. Pero le tenía tanto miedo, pero tanto, que opté por salirme a caminar de nuevo. Tomé mi cámara y me eché a andar. Primero a prisa, como si mi madre fuera a salir corriendo a perseguirme...ya hasta se me hacía oirla: Y tú a dónde chingaos vas? Pero no, me fui alejando de casa...y no llegó su voz irritada a mi oido deficiene. Cuando volteé y estaba como a 4 cuadras de la casa. Imposible que a esa distancia mamá me encontrara. Además fue un mal viaje, mi mamá para qué me querría a mí en la casa. Yo tampoco supe escribir manuscrita bien, si de molde, me tardo horas en escribir y le batallo, nunca se me entiende nada. Pero yo ya tengo veintidos y no creo que mamá me persiguiera para hacerme escribir en la libreta de doble raya mi nombre entero.




Por Dios, cuánto miedo tuve hoy de mi madre. Qué estará pensando ella ahorita? La veo sentada enfrente de mí. Comiéndose las uñas como siempre y volteando hacia la televisión. Puse la película que me prestó Manuel ayer, pero creo que la encuentra aburrida, al igual que yo encontré mi día ayer. Y a Manuel y a la película.




sábado, 21 de febrero de 2009

.Soy maestra. Eso dicen.

Este es mi segundo fin de semana de maestra de computaciòn.
Yo no sè mucho. Casi nada. Junto a mis compañeros de la Universidad no sè mucho.
Pero hoy es mi segundo fin de semana.
Tengo tres alumnos buenos. Muchas ganas de aprender y yo muchas de enseñar.
Estoy ansiosa esperàndolas en la oficina.
Tengo sus cosas listas, mi planeaciòn, ñoña, lo acepto y una buena taza con cafè para cada uno.
...ya llegaron....

viernes, 20 de febrero de 2009

.Uano.

Uano, ya lo hice anoche. Re leì uno de los cachitos de lectura que màs me vistiò de frenesì
Cuando Garcìa Madero vive con Rosario y entonces diario cogìan.
Y luego cuando dijo: Podrìa hacerle el amor a Marìa hasta morirme asì.
uf...mojè la tanga cabronamente.
Uano, ya no te puedo decir que nunca lo he hecho.
Gracias.
wau!
Lao.

Ya no sè què hacer

Tal vez nunca lo he sabido, quiero decir, ahora lo sè menos que otras veces. Oì de alguien que està enfermo, alguien muy cercano a mì, bueno, no tanto, o bueno sì. O no sè. LO suficientemente cercano como para no dormir desde el dìa que me dijo que estaba enfermo. Es un padecimiento que avanza pronto y si no se cuida constantemente podrìa perder alguna parte de su cuerpo. Todo fuera como un busto, pensè! Pero no. Lo dije egoistamente porque yo me siento muy presionada por otras cosas que no tienen que ver con salud sino con monedas.
Què son las monedas? Por què uno tiene que endeudarse tanto? Por què? Por què pagar? Por què cobrar? Por què comprar?...no sè. No lo supe nunca y ahora estoy ensabanada de eso.
Yo grito en el salòn constantemente y sin razòn alguna tambièn aquella frase que se dice desde Fidel Castro hasta Hugo Chavez: Socialismo o muerte.
Y sin razòn, lo digo porque de repente quiero gritarlo nadamàs sin argumentos previos de nadie. Bueno,a veces sì, a veces la Chihuas (compañera de clase de Chihuahua, ja, què creatividad) que insistentemente habla de las rebajas de Zara o de la moda primavera-verano de Pulanbir.
Lo grito porque me enferma hablar de costos, de ivas, de descuentos y de dos por unos (bueno, si se trata de cervezas, entonces los dos por unos son mis mejores amigos) en las tiendas donde la gente consume como loca los perfumes màs caros que ni pagar un baño diario en Sapal.
No sè, y no me queda. No sè què hacer. Yo no soy la indicada para decir eso. Tal vez nunca lo fui o lo fui y ahora no lo soy y por eso esa nostalgia ahora cuando respiro. Dìgase siempre. Siempre siento que me pusieron en medio de un charco del que no puedo salir. Y yo me creìa grande, màs grande que un charco pero, olvidè que no sè nadar. Y olvidè que ya muriò mi salvavidas.
Ya no sè què hacer. Estoy noqueada. Estoy ansiando caerme para siempre.
=(
Lao.

sábado, 14 de febrero de 2009

.éste es mi papá.


Y murió triste y muy preocupado por mí.

Y me quedé sin papá y sin poder ayudarlo, pensé.

Y lo extraño.

Manuel me acompañó hoy al cementerio.

Pensé, qué ironía. Antes, mi papá consumista

llegaba en las tardes todos los catorces

de febrero, con unas flores enormes y otras

discretas. Las enormes eran para mamá

y las discretas era para mí.

Ahora, yo le llevé flores.

La diferencia está en que no me las recibió.

Ni los brazos abiertos le ví.

Se las pusimos Manuel y yo en un florero de marmol,

con poca agua y mucha tristeza.


MI papá murió...hace cuatro meses.
Éste es mi papá. Rogelio.

Papá murió hace 4 meses.

sábado, 7 de febrero de 2009

viernes, 6 de febrero de 2009

En.cuentros

Me sorprendí ayer, a eso de las 9 y media de la noche, marcando el número de celular de una amiga mía de la preparatoria. Tenía mucho tiempo sin verla. La dejé de ver porque ella olvidó varias citas que habíamos hecho mucho tiempo atrás. Me dejó plantada más de un par de veces y esto me ocasionó un miedo enome de volverle a buscar.

Hace casi un mes, luego de las fiestas decembrinas, nos comenzamos a mandar mensajes de -Hola, cómo estás...sólo para saludar...-. Una empezaba y la otra terminaba la comuncacion. Recuerdo aún el primer mensaje que recibí de ella y siento que se me hace una mueca de felicidad en la cara. Sonreí mucho.

Sentí después, (y se lo explayé en un mensaje) que era mi oportunidad de re.conquistar al mundo. No es que Viridiana..(Viri, dejémosle en Viri) sea mi mundo, no, no lo es y no lo será, pero era para mí una imagen majestuosa su presencia de lo que es tener una amiga. Una amiga en todos los aspectos y para todos los recónditos microbitos de mi cuerpo.

Dispuesta a no soltarla nunca más y ser más, mucho más paciente que años atrás, me apresuré un día a pedirle que nos viéramos. Quiero pensar que no era miedo lo que tenía, sino nervios de verla de nuevo, luego de tanto tiempo.
Pero, acá entre nos, tenía un miedo mayúsculo de que Viri una vez más no llegase al lugar. O esperaba inconscientemente un mensaje que dijera que se e hizo tarde y que mejor -lo dejamos para otro día-.
Sin embargo, entre tanto embrollo, tenía una esperanza enorme de que Viri hubiese sido tramsformada en una persona más puntual y que fuera ella quien me esperara por 3 minutos más.

En fin, llegó el afamado día. La esperada hora, 8.35. No me bajé nisiquiera del coche. Quería evitarme la pena de después subirme sola, de regresar de estar sentada en la banqueta y treparme así d la nada, o de recibir el mensaje de cancelación del encuentro en plena vía pública. Por Dios! Estaba temblando.

La primera señal de que las cosas no saldrían bien hizo sonar mi celular:
-Para variar voy tarde...discúlpame.

Dije...uf..bueno, está bien, es tarde pero ya viene. Nada me cuesta esperar.
Viri no insinuo en su mensaje que estuviese cerca o lejos del lugar. Sin embargo yo permanecería ahí aunque estuviese del otro lado del mundo. Para mí, saber que venía en camino, me tenía gozosa y era todo un honor para mí esperar a verla llegar corriendo como antes, como siempre. Recuerdo que siempre escuchaba sus chanclas antes de verla...no sabía de vista que era Viri, pero su paso y su ruido al -chanclear- eran aspectos especiales de mi amiga.

Pasó media hora. O talvez más. Cuando vi por el retrovisor su largo cabello bailándole al aire inquieto de la noche. Grito algo así como:
-No manches, de nuevo tarde, perdón!

Siempre decía eso, siempre. Y para mí decir siempre es siempre. No había salidas en las que no llegara tarde y se pronunciara de su boca: es que el camión...o....no manches es que, bueno ya qué te digo verdad...o...pero ya no me va a pasar....o...habia un tráfico de la....

Pero la vi y todo quedó saldado. Era como si ambas nos debiésemos ese encuentro tan atrasado que ahora no importaba nada más que abrazarnos o, no sé...hacer algo ridículo y cursi, qué más daba...no la vería en otro medio año más. No importaba sí haría el ridículo o no, o si se aburría de oirme hablar de verme callada o si nos reprochábamos tanto o no. Total...talvez no la vería de nuevo. Eso no importaba.

Importaba decirle las palabras precisas para alguien a quien quiero y admiro:



TE EXTRAÑÉ!